viernes, 19 de agosto de 2011

fin de fiesta

El Faro de Melilla
Viernes, 19 de Agosto de 2011. Dori Nuñez.

“Aunque cueste dinero, hay que mantener Melilla”


Cayetano, Luis, Javier, Hilario e Isaac finalizan su estancia en la ciudad tras diez días recopilando información.

Luis Argeo, Javier Díez, Isaac Begoña, Cayetano Vela e Hilario Rodríguez llegaron hace casi dos semanascon la pretensión de pasar en Melilla unas vacaciones activas, es decir, recorrer la ciudad como turistas curiosos y descubrir más allá del estereotipo que los españoles tienen de este pequeño rincón de España. Para ello, se armaron de cámaras de vídeo y fotos, y visitaron lugares que no suelen ser objetivo de los turistas habituales, como los cementerios y los polígonos. Su verdadero objetivo era integrarse en la ciudadanía y conocer de cerca todos los entresijos de Melilla, desde sus aspectos más agradables, como la Semana Náutica, hasta los menos vistosos, como es la frontera con Marruecos. Estos cinco curiosos viajeros han colaborado durante estos días con El Faro escribiendo y describiendo sus vivencias en la ciudad. Así, Cayetano Vela, mago de profesión, comentó en declaraciones a este medio cuáles son las principales conclusiones con las que se vuelven a la península.


–¿Cuál fue la primera impresión que tuvieron de Melilla nada más llegar?

– La ciudad es más moderna de lo que nos imaginábamos. Pensamos que iba a ser muy pequeña. La primera impresión fue muy buena.

– ¿Y cuál es la imagen que se van a llevar de la ciudad tras esta visita?

– Melilla es como una moneda, tiene dos caras, la buena es sobre todo lo que está cerca de la costa y del mar, mientras que la mala es la que está más cerca de la valla.


–¿Creen que con la publicación de sus vivencias en el blog romperán algunos estereotipos que los españoles tiene sobre la ciudad?

– El estereotipo de la gente de la Península sobre la ciudad es que es un pozo sin fondo, que le cuesta dinero al Estado. Sin embargo, es una ciudad muy importante para la historia de España, primero porque hay gente que lleva viviendo desde hace generaciones en este lugar. Queremos mostrar que esto es España y aunque cueste dinero es necesario mantener Melilla. Además, desde aquí también se controla la frontera y la inmigración. Es una ciudad que frena esos movimientos, es la gestora de inmigración. Me quedo con la sensación de que es un pilar fundamental para España y no se puede desprender de ella, al igual que de Ceuta.



–¿Fue difícil presentarse ante los melillenses?

–Los dos primeros días, pero luego los medios de comunicación de Melilla nos disteis a conocer enseguida y la gente al presentarnos como los blogeros nos decía que nos había leído. Durante estos días hemos grabado un vídeo de fotografías de gente de la ciudad sonriendo, es un vídeo de fotos que hemos ido haciendo por la calle, con todas las culturas. Es una parte que me gusta mucho de Melilla: es muy cosmopolita y variopinta.

–La idea de esta visita, además de conocer la ciudad, era realizar un ensayo. ¿Cuáles son las primeras conclusiones?

–La meta es realizar un proyecto de una guía turística general para que no caigas en las típicas excursiones que te digan las agencias de turismo, sino que el visitante se anime a conocer la ciudad, es decir, enseñar a la gente para que sepa realmente lo que pasa y cómo es esta localidad.

Las primeras conclusiones van a ser en los aspectos de las diferentes culturas que hay en Melilla y las buenas relaciones que hay entre ellas, que la gente es muy agradable y que el turista no venga con miedo a esta ciudad. Es una ciudad española normal.

–¿Cómo describiría la ciudad?

 –Por un lado, es muy integradora. Por ejemplo, los militares y civiles conviven sin problema, al menos en apariencia, y no hay tanta división por culturas. Está todo muy unido y unificado.

–¿Qué entrevistas de las realizadas a lo largo de estos días nos podría destacar?


–Las que hicimos en los cementerios el primer día que llegamos, fueron interesantes. También las que hicimos un día que entrevistamos a gente por la calle. Muchas personas nos comentaron si no seríamos los típicos turistas que venían a sacar la frontera y el barrio chino. Era una queja, pero al final acababan recomendándonos sitios para tomar pescado frito y fue interesante entrevistar a gente de diferentes culturas.