sábado, 6 de agosto de 2011

¿Por qué queremos hacer turismo en Melilla?

Diario Melilla Hoy 
Sábado, 06 de Agosto de 2011. Hilario J. Rodriguez.

Foto de cuatro de los viajeros peninsulares que llegarán a Melilla para vivir su interesante iniciativa.- Son Hilario, Isaac, Luis y Javi, que llegarán junto con Cayetano a la ciudad el próximo 11 de agosto

Hace unos años a Luis Argeo, que -además de cineasta- es escritor de guías de viaje, le pidieron que escribiese un texto sobre Melilla. Las instrucciones consistían en que se ajustase a una extensión concreta (de unas 1.000 palabras, más o menos) y que cumpliera un plazo (de uno o dos días). Eso fue todo, no hubo consignas sobre cuál debía ser el enfoque ni sobre la posible imagen que se quería dar de un sitio tan recóndito para nosotros, los peninsulares. Y Luis se puso manos a la obra, tan voluntarioso como es, describiendo magistralmente la ciudad, sus tres culturas, sus columnas fenicias, su paseo marítimo, su animada vida social… No quería dejar ningún aspecto importante fuera del estrecho margen concedido, es lo que tiene ser un profesional en ciertas cosas. Pero, en realidad, Luis jamás había estado en Melilla y en aquel momento tampoco era muy probable que fuera a ir allí en el futuro; su única fuente de información fue wikipedia y los tres o cuatro detalles que todos sabemos sobre casi todo. Al cumplir el encargo, la gente que le había contratado no sólo le pagó, también le felicitó. Si hubiera sido un concierto de música de cámara, los aplausos habrían resultado atronadores.

Ya ha pasado tiempo desde aquella impostura y ahora Luis ha decidido reparar la cuestión, repararse, hacernos pensar a quienes pudiésemos caer en una práctica semejante. Nunca es tarde a no ser cuando es demasiado tarde, y todavía no lo es. De ahí que, cuando pensábamos conjuntamente en qué hacer este verano con nuestras vidas, él propusiera un viaje a Melilla para comenzar allí un nuevo tipo de turismo, más activo, más sincero, desplegando en él cuanto la tecnología pone a nuestro alcance, para ver hasta dónde se podía llegar. Íbamos a aunar fuerzas, las fuerzas de la escritura y el cine, en busca de un objetivo común. Yo (Hilario J. Rodríguez) dije que sí enseguida, quizás porque siempre me han gustado las películas de espías tipo Misión imposible y porque vivo en una ciudad (Guadalajara, no en la de Jalisco sino en la de Castilla-La Mancha) donde me gustaría formar una plataforma ciudadana que se llame POSIBLE. Lo malo es que nuestro ejército era tan pequeñito que difícilmente seríamos capaces de llevar a cabo la empresa sólo por nosotros mismos. Fue entonces cuando apareció Francisco Javier Díez López, alias Javi, un profesor de Medios Informáticos experto en experimentos sonoros, que se decidió a acompañarnos para registrar los sonidos de Melilla: los del silencio en la antigua vía férrea, los de los camiones de recogida de basuras, los de la animación juvenil en los pubs de moda y de las conversaciones en las terrazas del Barrio Real, los de las llamadas del muecín o almuédano, y en general lo de cuanto se ponga a nuestro alcance. Después de él vino Isaac Begoña Ortiz (cuyo nombre yo pronuncio “Aisac” porque nos conocimos en Chicago y porque ya nunca me he acostumbrado a pronunciar en correcto castellano), un fotógrafo, ajedrecista y DJ ocasional con quien el tiempo se pasa más aprisa y mejor porque es de esos amigos que nunca te fallan y que continuamente añaden sugerencias, mejoran tus ideas y te contagian su buen estado de ánimo (en fin, que es cualquier cosa menos un coñazo). Y, por último, incorporamos al grupo a Cayetano Vela López, un mago, un experto en trucos que sabe engañar a la vida con sus cartas sacadas de la manga y con su chistera, dispuesto esta vez a interactuar con los melillenses, proporcionando un poquito de esa felicidad que a menudo resulta tan elusiva.

Filmaremos, entrevistaremos, fotografiaremos, entretendremos, grabaremos y escribiremos hasta el límite de nuestras fuerzas. El día 10 salimos de Guadalajara a las seis de la mañana y llegaremos a Melilla a las 11 de la noche. A partir de ese momento, la ciudad estará a nuestra disposición y nosotros estaremos a disposición de la ciudad.

Hemos abierto un blog en el que iremos colgando todos los materiales (de hecho, ya hemos comenzado a colgar cosas):

En él, aceptaremos vuestras sugerencias y os propondremos que sigáis nuestra aventura, que no es otra que dar forma a lo que desde aquí parece «tan lejos, tan cerca».